jueves, 23 de agosto de 2012

REFLEXIÓN SEGUNDA: DE SOLEDADES

Photo  by Alberto


“Lo peor de todo es no sentir jamás la soledad como algo necesario, mayor cobardía no conoces. La soledad es el más profundo método de conocimiento que existe pero, ¡Ay! Ése es su peligro porque sobre todo es vía de conocimiento interior, de uno mismo, y ésa es una verdad que asusta al más aguerrido.”

Raúl Guerra Garrido “Castilla en Canal”.

….y que razón tiene la frase. Yo soy nuevo en estas lides y además te mueves en campo enemigo ya que es un sitio que por tu circunstancia no has investigado ya que no esperabas que tu vida diera un giro tan inesperado. Pero la vida es lo que tiene. Las personas somos seres sociales esto es una verdad universal y, sin embargo conozco a grandes profesionales de la soledad. Haciendo balance del cambio tan enorme de mi vida diría que “No está nada mal la soledad” porque llega un momento que la asumes como parte de tu caminar en este mundo y la llenas con inquietudes, pasiones, amores, que no tiene por que ser meramente carnales, que al pasar a formar parte de tu vida, la transforman en algo positivo. Ahora bien hasta llegar a este nivel propio de los grandes maestros de la soledad ( con todos mis respetos a ellos ) hay un enorme mundo que descubrir.

En un primer estado de ánimo, huyes de ella como si de la peste se tratase ocupando tu tiempo en todo lo que se te pueda pasar por la cabeza para no estar solo. Es por eso que la soledad es peligrosa. Pero llegas a un momento en el cual no tienes más solución que quedarte a solas con tu soledad y este es el momento más doloroso; no solo por los recuerdos sino por lo que tu cabeza piensa al respecto, sufres, desesperas, y piensas, piensas hasta lo impensable…Te estás empezando a conocer, estás empezando a asumir tu soledad.

En un segundo estado de ánimo, empiezas a reducir esa actividad febril que te impide quedarte a solas contigo mismo, estás madurando, las cosas las haces más pausadas y más reflexivas sin dejar de hacerlas. Es el tiempo en que disfrutas de los pequeños momentos deliciosos que te brinda la vida. Llenas muchas horas con libros, películas, arte por poner algún ejemplo, o en seguir conociéndote ya sin miedo. Empiezas a saber lo que te apetece hacer en ese momento y no  lo ves nada descabellado ni imposible, eres una nueva persona muy capaz de hacer cosas que en tu anterior vida ni se habían pasado por tu cabeza. Todo esto te llena de bienestar y de positivismo, estás ganando en confianza ya no eres el perro apaleado y triste de tiempo atrás.

En un tercer estado de ánimo, y muchas veces por sentimientos ligados a la edad, identificas esa soledad unicamente con el quedarte solo, sin nadie que esté contigo aparte de tus costumbres y aficiones que has descubierto recientemente pero, la vida cuando viene bien dada es buena y sabes que solo no estás, porque tienes a alguien si quieres tenerlo y las personas tendemos a buscarnos unos a otros por lo que, siempre alguien va a esperarte, por supuesto hijos si tienes o sino ( o aunque los tengas ), alguien que te ha llenado unos días, unos meses….¿toda la vida? Por que no. Esta búsqueda de alguien que tú crees como esencial, ya no lo es tanto. Necesario si, pero todo fluye, tiempo al tiempo.

A partir de aquí creo que es cuando llegas a estar en equilibrio contigo mismo, con la naturaleza y con todos los que te rodean y, a la vez, se magnetiza esta sensación y eliminas las energías negativas que te ahogan y esto lo notan a tu alrrededor. Energías atrayentes para mucha gente.

Pensando e intentando ordenar ideas, he llegado a la conclusión de que yo no he estado solo en exceso, aunque sí suficiente para sufrir los estadíos de tu nuevo camino, no solo por mis circunstancias sino porque, antes de sentir ese vacío tienes que limpiar el dolor que estrangula tu corazón y mientras este existe, es anestesia de la soledad. Luego, superas las fases y empiezas a darte cuenta de que la vida, a pesar de sus duelos y pérdidas no es mala y que, tienes un mundo por descubrir que te permitirá crecer como persona, ganar en seguridad y descargar el cuerpo y la mente de las cadenas que arrastran.







martes, 21 de agosto de 2012

REFLEXION PRIMERA: DE RELIGIONES

Photo by Alberto


"Porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden"

Jesucristo: "Nuevo Testamento"

Últimamente no he dejado de pensar….Se nota que el malogrado verano me ha permitido dedicarme a la “Contemplación” de mis ideas y así darle cuantas vueltas me permite el tiempo que me sobra.

¿Por qué hablo de Religiones? No sé, posiblemente porque para mí es una personificación de los actuales políticos que nos gobiernan solo que ellos en su reino celestial. Celestialmente creado para coger peces de los gordos en el mundo material que habitamos, que paradoja ¿no? Creo en la palabra pero limpia y sin artificios. Para mi La Biblia es una gran metáfora de la que solo sostengo, la parte del Antiguo Testamento porque es un retazo de historia y, si lees alguna cita te das cuentas que las figuras del: machismo, las sociedades patriarcales, el adulterio, la infidelidad hacia la mujer, que entre otras golpean con furia en sus páginas pero, eso le da el realismo propio de una sociedad muy arcaica propia de los tiempos. Afortunadamente en ciertos aspectos hemos progresado. También lo valoro desde la perspectiva de un listado de, comportamientos, conductas, en fin “pecados” que no deberían llamarse así mejor sería llamarlas pasiones propias de los hombre, que te sirven como luz roja para saber discernir entre lo correcto y lo incorrecto. Esto ya es un paso para que tú vayas eligiendo tu camino a seguir.

 Del Nuevo Testamento, también sostengo el trasfondo de los principios y valores que esas escrituras contienen; valores que toda persona íntegra debería cultivar para identificarse como tal: Es por eso que me quedo con las ideas que, olvidándonos de milagros y misterios, intenta transmitir Jesús en su filosofía de vida. Valores como:  respeto, amor, sacrificio, sufrimiento, paz, espiritualidad… Así hasta una lista interminable. A partir de aquí, lo demás me parece accesorio y sobrante incluyendo todo el engranaje eclesiástico que se ha creado alrededor de las mismas; jerarquía eclesiástica incluida. En ningún momento Jesús se rodeó de cohorte y de grandes riquezas y, mucho menos erigió palacios para sus seguidores, de doce discípulos que, como dicen en misa “fueron el origen de su iglesia” a la situación actual de los ministros de Dios hay un mundo y no creo que Jesús lo quisiera así.

Desde tiempos inmemoriales se ha utilizado el poder de la palabra y por tanto la fuerza que contenía este libro como arma de sometimiento y miedo al pueblo; hablamos de Inquisición o el mismo Arte Románico (con todos mis respetos a la obra en sí no a lo que querían conseguir con esos apóstoles guerreros o dioses justicieros y duros). Mentes que nadan en la ignorancia son fáciles de manejar y, desde siempre eso ha buscado la iglesia (como organización). Se salva más que su misión pastoral, su labor de caridad y su riqueza cultural que, aunque siempre la atesoraron y la protegieron nunca se la ofrecieron al rebaño que intentaban controlar; Humberto Eco en “el Nombre de la Rosa” lo refleja claramente. No hablaré de los daños que han cometido la iglesia a lo largo de los siglos y ahí se han quedado, guardadas en un cajón y que en muchas ocasiones no tenía nada de formación espiritual.

Supongo que ese es el gran defecto de los hombres, estar cerca del poder corrompe y esto afecta incluso a santos y además, no han tenido intención de evitarlo tampoco, se dejan seducir y entran en el sistema ¿Tentación? Si es así han caído antes que Jesús que también pecó aunque luego se arrepintió, cosa que algunos no han hecho.

La fe es un arma peligrosa porque la gente desesperada se aferra a ella como si le fuese la vida, alimentar la fe en un Dios que siempre está presente pero que nunca ayuda no es una respuesta para alguien sediento de saber el porque de las dudas que le atenazan. En esto estoy totalmente de acuerdo con una amiga cuando dice que la iglesia nunca le ha respondido a las preguntas que buscaban respuesta; al final las buscó por su cuenta. Así es, La fe no resuelve dudas, alimenta esperanzas que pueden tardar una vida en llegar si finalmente llegan y mientras esperas, te pasa la vida expectante y plana. Solo quiero con esto transmitir mis opiniones respetando en todo momento la libertad de pensar de los demás. Espero con esto no dañar la creencia de terceras personas. Como indico al principio es solo una reflexión.






domingo, 19 de agosto de 2012

EN AQUEL BANCO DEL PARQUE



Allí te recuerdo ahora y siempre te recordaré igual. Como pasaba la vida en el banco de aquel parque. Pasaba la vida como fotogramas; la de los ancianos pasando los últimos días de primavera en ese remanso de paz de la plaza, los niños corriendo y con sus juegos, buscando la frescura de la gran arboleda. Siempre te sentabas en el mismo banco. Cuando el campanario de la iglesia daba las seis, arrastrabas los pasos por el adoquinado, cansada por el vértigo de la vida y los días de duro trabajo. Llegabas a tu pequeña isla de madera, respirabas hondo y sacabas un libro. Ibas dejando pasar las horas, ajena al microcosmos que giraba a tu alrededor en la pequeña plaza. Te mimetizabas con el banco verde y la arboleda que lucía lozana en esos meses de primavera.

Yo subía por la Calle de la Cuesta cargado de libros, admirando la personalidad del viejo campanario erguido por siglos, siempre trepando hacia arriba como una enorme aguja que busca alcanzar la luna. Fue un momento breve el que te ví pero bastó para sacarme de golpe de mi mundo. Entonces empecé a oír el resonar de los pasos en la calzada adoquinada, ecos secos del caminante. Gritos de los chiquillos, brotaba la vida de la plaza. Ruidos de un tiempo que se detenía en cada rincón del parque, voces cantarinas de las madres que dan la merienda a sus críos, balones de vivos colores rodando por el adoquinado, animosas callejas con sus terrazas y balcones. Todo vida.

Las Seis, eran siempre las seis, con el brillo del día llegabas de nuevo, siempre igual, faldas más bien largas, blusas blancas amplias que se movían al compás de tu caminar y siempre se dirigían a su banco. Te sentabas con la parsimonia de aquellas personas que no se suben a la carrera de la vida, te apoyabas en el respaldo del banco y los tablones crujían a modo de bienvenida o abrazo. Mientras sacabas el libro, los viejos te observaban manipular tu cartera como si les fuese la vida en ello, como si en cada gesto se dejasen un poquito de vida. Descubrí mucho de ti, demasiado. Sé que te gustaban las novelas clásicas; tus grandes y extraños ojos, a veces marrón claro, otras veces casi verdosos se clavaban en la obra mientras el sol acariciaba tu pelo, siempre corto y suelto, descuidado a veces pero eso era algo más por lo que eras especial. ¿Por qué no acercarme? Y así fue, con la torpeza propia de un novato, con mucha inseguridad conseguí llegar a ti.

Pero eso fueron otros tiempos, tiempos pasados pero siempre presentes en tu corazón hasta llegar a doler. Días alegres que fluían como el torrente de un río en época de aguas, siempre arrastrándose corriente abajo, día tras día, así te parecían siempre los mismos pero no por ello menos intensos, como la corriente. Luego, caías en la cuenta que esos días pasaban siempre idénticos, los mismos gritos, la misma gente. Eso a la larga te hacía pensar, te convencía como un continuo susurro, que la vida no merece la pena si la rutina y el aburrimiento se meten en su alma como el frío del invierno empujándote a un abismo de malestar que te hace olvidar las pequeñas cosas que muchas veces dan sentido a la misma. Por eso reclamaba una mirada tuya, porque al principio me rescataba de ese abismo, porque al principio, en un segundo bastaba una mirada para que todo diera vueltas y se llenara de colores. Pensabas en tu afán de ser rescatado que eras como alguien que había compartido desde siempre mi vida, aunque al principio no me conocieras de nada. Luego llegamos a conocernos demasiado, y las miradas ya no eran balsas de salvamento de la rutina que nos rodea y consume. Luego ya no tenían brillo y al final no había ni miradas. También soñé desde que te vi allí que siempre habíamos estado juntos; incluso que habíamos jugado de niños en ese parque y que incluso nos habíamos sentado alguna noche allí y nos habíamos hecho confidencias que se hacen cualquier amante refugiándose en la tranquilidad de aquel parque y de aquel banco. Pero solo fue un sueño, más largo que un sueño normal aunque, eso no se sabe nunca ya que es difícil distinguir entre la duermevela y el sueño profundo.

Ahora ya no es así. La vida da muchas vueltas y en una de ellas tú cogiste un tren hacia un destino distinto al mío. Yo por mi parte, respiré aliviado en el andén pero para eso el tren tuvo que desaparecer totalmente de mi vista, no fue una despedida inmediata. Ya es otoño, miles de años después o, al menos a mi me lo parecen y todo ha cambiado. Pero sin saber como; será el destino, llegué otra vez allí. Al lugar que nos vio crecer como personas, como parejas hasta hundirnos en la desolación del tiempo que todo lo desgasta. ¿Dónde estaba el esplendor de ese inicio de vida que luego fue común? No la encontraba por ningún lado. Todo se había disuelto como un breve aliento. Volvía a subir la calle de la Cuesta. Todo era nada. Los adoquines ya no resonaban con el ruido de la gente, no la había y si algún paso quería oírse, era mitigado por el colchón de hojas secas que desprendían ese olor ocre a humedad y a tierra húmeda que aún recuerdo de mis tierras Gallegas. El viento meneaba las ramas desnudas de los árboles, tristes y grises como el día, como el suelo. Comenzaba a lloviznar y las gotas eran punzantes y golpeaban el rostro. Me senté en el borde de la fuente mirando nuestro banco, el verde había dado paso al rancio de la madera castigada por el tiempo, como se castiga la vida. Las hojas caídas sobre él dejaban ver restos de sus ronchones de pintura verde. Era la imagen viva de una historia que se agrieta por todos los lados impidiendo que tú la tapones para que continúe. Como los restos de un naufragio. Todo cayó en el saco del olvido. Un tiempo con sus inclemencias que es una imagen de la vida misma que nos ata a este mundo; a veces vida soleada como aquellas tardes de primavera; otras vida gris como un frío día de otoño y por desgracia generalmente ventosa y dura.

Nada, nadie, ni la luz ni los sonidos. Todo seguía igual desierto y frío. Y es que cuando el tiempo pasa por la vida es como una apisonadora y no deja nada o lo estropea tanto que a veces carece de sentido tener fe en que un rayo de esperanza volverá a llenar de alegría ese parque; el parque de mi destino. Vivir hay que vivir. Cada ser llega al mundo con una letra de cambio bajo el brazo y en cualquier momento te la pueden pasar al cobro. Casi siempre la andamos como autómatas hasta que nos llega el retiro en un pedazo de tierra en un momento tardío en el cual apenas te queda tiempo para vivir una nueva vida. Me incorporé, estaba entumecido y mis miembros crujieron al levantarme. Miré de nuevo la torre del campanario, respiré y me incorporé. Fui a cazar un pequeño recuerdo más bien por miedo a perderlo en el arcón de lo más profundo de mi ser que por necesidad de revivirlo, auque lo deseara porque ese recuerdo daba mucho sentido a mi vida.

La vida viene y va, gira como las veletas pero a pesar de todo el destino no está trazado hasta el final. De repente dejé de sentir frío, cesó el viento, incluso a través de las nubes se filtraban los primeros rayos de sol, tenues y débiles apenas algo de luz pero servían. El campanario empezó a sonar, las seis, y del silencio comenzaron a surgir sonidos apenas imperceptibles, luego más audibles, eran pasos sobre el adoquinado alfombrado de hojas, cada vez con más fuerza. Todo volvía a cobrar vida, primero un anciano que me sonríe y sube la Calle de la cuesta; incluso una chica se para en el parque y se sienta en la fuente para abrirle algo a su niño, las terrazas de los bares, ahora cubiertas, mandan sonidos de conversaciones animadas al calor de la estufa . Algo de vida; no, mucha vida para un día gris. De pronto, unos titubeantes pasos comienzan a subir la calle y una falda  amplia , un jersey de cuello alto, una cabellera larga y un paso firme, con un libro en la mano, sin cartera, ligera de equipaje, se acerca al banco lo limpia y se sienta, me miraste y sonreíste, algo nuevo pero inmutable como siempre. Fin de un ciclo, el círculo se cierra y otro se abre allá en ese banco.

sábado, 18 de agosto de 2012

DESPERTANDO AL CORAZÓN



Han pasado tantas cosas….Puedo andar miles de kilómetros, dormir poco, sacar adelante una casa y muchas cosas más, no me falta capacidad de sacrificio y de paso, duermes la mente para que no moleste y, van pasando días tristes, meses solitarios y años difíciles hasta que las cosas vuelven a tomar forma y color. Parece que ya has tocado fondo y ahora solo hay que tener paciencia para ir subiendo, soltando lastre poco a poco. Mientras, el corazón no sufre porque no está o, si está, lo tienes tan atorado por los duelos que es como si no lo tuvieras.

Hasta que pasa algo. Es cierto ese dicho de que “La vida da tantas vueltas y cuando menos te lo esperas te llega algo o alguien”. Alguien…Que intente descongelar corazones de la forma más inocente; por una cita de compromiso a la que casi ni acudes. No hablo del amor de tu vida, eso no lo sabe nadie porque no leemos el futuro. Hablo de una persona que tiene un brillo especial, una forma distinta de mirar la vida más allá de lo material y lo cómodo y que comparte aficiones, inquietudes y conocimientos contigo de la forma más natural. Comienzas sintiendo que tu vida, de la que por supuesto estás conforme, se llena con algo que le faltaba y que la hace más vibrante, brillante e incluso positiva. Un día puede tener más significado en compañía de ese alguien que cualquier otro e incluso pequeñas cosas, un paseo por Madrid, una ruta al monte cobran si cabe más sentido; ¿Amor? No sé, la gente como yo después de un estrepitoso fracaso deja eso a un lado, no le interesa despertarlo por miedo a otro abandono. Pero está claro que algo se deshiela de tu corazón y el calor caliente sus paredes y todo cobra el sentido que muy en el fondo sabes que te faltaba pero que lo sepultabas con la rutina o el estrés o el no parar para no recapacitar.

Creo que alguien ha conseguido despertar mi corazón. Darle energía pura, de esa que solo otra persona que te quiera puede inyectarte. ¿Hasta cuando? No sé pero todo lo que sea, mucho o poco, siempre será bueno y ya ha empezado a empapar el hielo, gota a gota el agua lo irá deshaciendo ¿Cómo? Siendo ella misma, sin artificios un complemento de parte de tu ser, soy sencillo, no pido mucho. Lo que está claro es que a pesar de tus malos momentos y aunque tengas muchos días grises, llegarán otros azules, verdes, amarillos…No hay que olvidarlo, no hay que darse por vencido. ¿Quién dice que no hay tiempo par volver a empezar? Aprender de nuevo a querer y conseguir que te quieran por lo que eres y con lo que llevas en la mochila no por lo que tienes. “Nunca es tarde si la dicha es buena”. Es la vida. Pura vida.

Son de un amanecer. Hoy es un buen día para aprender a intentar querer de nuevo……

DE PROBLEMAS PASADOS (homenaje a las cabinas)



Hablo de críticas y desacuerdos, desde una perspectiva humorística; y no lo hago por gusto sino con conocimiento de causa. Y es que creo conveniente lanzar un aviso al concejal de mi pueblo. No por el Plan General de Ordenación Urbana ( ¿Qué es eso en estos días? ¿Existen planes urbanísticos? ), que si bien me parecía descabellado, lo criticaremos si hay nuevas oportunidades de hacerlo; no, me refiero a uno de los servicios del pueblo; llamémoslo telefonía.

Por suerte o desgracia ( haciendo balance desde que escribí esta historia, por desgracia ) era uno de de esos jóvenes ennoviados y encima formal por esas fechas. Fruto de ello junto con los pertinentes problemas de solvencia económica propia de un estudiante ( novia equivalente a gastos, esto no ha cambiado ) adolezco también de la incomprensión propia de las madres. Todo ocurrió aquella vez que la mirada seria e incomprensiva de mi madre señalándome con el dedo, me mostraba la fatídica factura del teléfono; un inagotable listado de números y letras cuyo resultado final era un aumento de 30€ a 50€ ( precio actualizado a la moneda “única”, solo en la moneda porque en el resto de Europa todos vamos por libre ). Yo no creí que fuera tan grave pero para evitar males mayores me eché a la calle a la busca y captura de una cabina telefónica ( si, si, eso ha existido, os lo describo, estancia rectangular con o sin compuerta y con teléfono dentro).

Y es que en esos tiempos mi pueblo adolecía de esos extraños objetos públicos que ahora están prácticamente en peligro de extinción y en unos años les pasará como al Lince Ibérico. En esa época, aún solían existir,  y a la por sí ya difícil tarea de conseguir alguna libre, se sumaba la cantidad ingente de monedas que perdías al echarlas en el teléfono, sobre todo cuando empezábas a llamar a los primeros móviles; mas que una máquina de comunicación, parecía una máquina tragaperras. No obstante eso era un mal menor. Más difícil era buscar la intimidad necesaria para llamadas tan sutiles a tu pareja; no hablo de confesiones eróticas públicas, si…un poquito privadas, dentro de la falta de intimidad de estos avances del siglo veinte. Todo lo que le decía a mi novia estaba claro que era con el beneplácito de los taxistas que, sin quererlo, pululaban por los alrededores y más si no era cabina cerrada. Otras veces el ruido de los autobuses y coches, ya que no sé por que extraña razón las cabinas estaban siempre prácticamente metidas en las paradas de buses, era lo que no te permitía hablar o, si hablabas no se te oía y, si no te oían gritabas y daba la casualidad que en mitad de los gritos ya había pasado en autobús o los coches se hacía el silencio y tu conferencia se convertía en un mitin público y hasta se paraba la gente, porque en España siempre hemos sido un poco “Voyeures” y nos encanta escuchar la vida de otros.

Solución al asunto, sobre todo cuando eran cabinas abiertas, intentar aislarte embutiéndote todo lo que podías en el ridículo receptáculo del teléfono cosa harto difícil para gente corpulenta como yo. Apenas acercaba el oído al aparato, se me quedaban encajados los hombros en la dichosa cajita. Luego, en el avatar de tu conversación no puedes tener solo ojos y sentimiento hacia tu chica, tenías que tenerlos hacia los viandantes ya que imaginemos que en el transcurso de una tierna conversación le dices a la chica “Cariño” y le mandas un beso ruidoso, y a tu lado pasa un individuo de dos por dos que, no sé porque razón se da por aludido ( debe ser también que los españoles somos suspicaces ); desde luego su miradas se hacían cuando menos sospechosas o sorpresivas; alomejor te sonreía y te tiraba a ti otro beso.¡ Claro que ya había amor libre!, menos liberado que ahora pero lo había.

Pero lo más duro de todo era el conseguir llegar a la ansiada cabina porque, en momentos de noviazgo, con toda tu sangre en ebullición y más por la chica que, en ese momento es la de tus sueños, se genera una especie de “estado de necesidad” de: hablar, oír su voz, no decir nada, escuchar las mismas frases tontas…. Y solo tienes un objetivo ¡conseguir una dichosa cabina! Y que esté desocupada o, el que está delante de ti sea breve. Bueno hay técnicas de presión como acercarte mucho al que está hablando para que sienta que pierde su espacio e intimidad ( si es que estos artefactos te la ofrecen ) para que apure el tiempo porque si encima tu media naranja es muy precisa con eso de la puntualidad, el no llamar en hora ya te produce una situación de conflicto, estúpido pero, que en ese momento es de suma importancia. Además, estudiar en turno de tarde es un agravante más ya que o llamas a las 22h o ya no hablas con ella ¡Hasta mañana!¡ por dios no puedo! Necesitas hablar ahora. Por lo tanto ya sabes que al salir de tu Universidad más que pedir un billete a tu casa, estás pidiendo uno hacia la cabina más cercana y mentalmente conforme vuelves de tu facultad piensas para ti ¡Por favor conductor písele!


 Esto en los 90 era un hábito normal de los españolitos de a pie. Ahora la comunicación se ha inmediatizado tanto que hasta da miedo. De las cabinas pasamos a los móviles,Iphones, Ipod, Redes sociales que, no niego que tienen sus ventajas siempre y cuando el avance tecnológico no nos condene a estar dos o más personas sentados en torno a una mesa, a apenas unos centímetros de distancia y, cada uno con su móvil jugando o mirando sus cosas en silencio.

martes, 14 de agosto de 2012

EL CUENTO DE UN NIÑO



No es ni más ni menos que el cuento de un niño cualquiera en un lugar cualquiera de lo que conocemos como el “Mundo Desarrollado”. Es un mensaje que lanzo al viento. Un simple ruego para pedir que todos tengamos una familia normal, que intentemos buscarla porque está ahí.

“No era más que un niño, como podía ser yo de pequeño. Tenía la cara triste y casi no levantaba un palmo del suelo aún así tenía cuatro años y cuando lo decía los mayores se reían de él porque pensaban que era demasiado diminuto para tener esa edad.

Único hijo, siempre había sido egoísta, como cualquier niño pequeño y su mal carácter cuando no conseguía lo que quería le hacía estar muchas veces solo. Apenas sí sabía hablar para la edad que tenía o a lo mejor no le apetecía hacerlo. En verano su madre le apuntó a natación pero no quería aprender nada y hacía la vida imposible a su monitor. Su madre no le obligaba a aprender porque era muy difícil hacerle entrar en razón y con un solo lloro le bastaba para que fuera corriendo y le sacase de la piscina. Tampoco les importaba mucho a los padres; era un consentido y a todo le decían sí porque ambos estaban muy ocupados trabajando y cuando llegaban cansados a casa lo último que querían era aguantar al crío. El tiempo de trabajo les privaba de estar con su hijo y cuando lo hacían, era tal la atención que les solicitaba que los padres lo solucionaban todo comprándole todo tipo de caprichos. Su frase favorita cuando criticaban esos modos su familia era “¡Pobrecito si es solo un niño!”.

Todas las personas progresan con tesón y si encima lo principal para ti es el trabajo tienes la vida resuelta; pero los niños también crecen. Este lo hizo y no empezó con mal pie. En el bachillerato los profesores hablaban maravillas de él (cosa común muchas veces si encima es un colegio de “paga una burrada y tienes la carrera hecha”). No obstante, su esfuerzo se reflejaba con creces en las notas. Llegaba siempre emocionado con ellas y con ganas de enseñárselas a sus padres. Quería ser como su padre, tener el mismo éxito y que se sintieran orgulloso de él. Cuando decía a sus padres las notas ellos respondían “¡Muy bien, así me gusta!”, “te compraremos el coche cariño…Pero ahora no que tenemos mucho trabajo”. De pronto todo cambió. Empezó a fallar en los estudios y cada vez pasaba menos tiempo primero en clase, luego en casa. Ya bebía porque tenía 16 años y sabía más de la vida que nadie por lo que no admitía consejos de sus padres cuando tenían tiempo de dárselos. Los padres ocupados en otros menesteres, lo achacaban todo a las cosas de la edad. Descuidos, faltas, incluso salidas de tono de su hijo podían ser perfectamente comprensibles; pero todo es una rueda y al final todo se convirtió en malos modos y rechazo hacia su familia.

El cuero y las insignias daban paso a la cabeza rapada, o a un tupé y unas botas claveteadas ¡que más da! Después, ausencias continuas de casa de sus padres y cuando llegaba lo hacía en un estado lamentable. Apareció un día en su casa lleno de magulladuras y acompañado de la Guardia Civil; los increpaba sin ningún tipo de respeto y les decía “¡Veréis cuando hable con mi padre!”. Papá y su dinero pagaron la fianza y los pobres civiles se vieron envueltos en una polvareda de querellas. El hijo volvía al redil. Pero como esto es el cuento de nunca acabar volvió  a sus andadas. Una segunda vez volvieron a su casa los mismos Guardias Civiles pero esta vez solos. Pidieron a los padres que firmaran un documento. ¡Que sorpresa fue la suya al observar que era el Certificado de Defunción de su hijo! Parece que había muerto de una puñalada en una reyerta entre gente igual de gris que él; “skins”, “Maras” ¡Que más da!

La madre rompió a llorar y el padre acusó a los Guardias Civiles haciéndoles responsables de su muerte. No recordaban la última vez que habían hablado con él como una verdadera familia (si es que alguna vez lo habían hecho). Entendieron demasiado tarde que tenían un hijo de 18 años al que nunca habían querido conocer.

¿QUE SIGNIFICA LA PALABRA LIBERTAD?



El Art 16 en su punto 1 en cuatro líneas hace la definición más precisa de lo que entendemos por libertad. Desde la perspectiva jurídica la respuesta a la pregunta es sencilla pero quiero ir más allá. Quero hablar del valor supremo de la palabra.

William Wallance en la película de “Braveheart” lo grita al morir; quizás es la mejor foto que tenemos de algo intangible. Si extrapolamos esa película, muy típica, a su contenido hablaríamos de la multitud de Revoluciones Europeas y también de sus héroes. Eso lo que ha conseguido es que cuando se haga referencia a la misma, a todos nos llegué a lo profundo de alma “¡cuanta gente ha muerto por ella!” diríamos, pero para la gran mayoría es una gran desconocida, quizás por su abstracción o simplemente porque en este tiempo en el que la vida corre a velocidad de vértigo no se tiene tiempo de pensar en ello. Y no debería ser así. Ahora la palabra se vulgariza tanto que se ha prostituido. Políticos hablan de libertad y se les llena la boca mientras en sus engranajes cometen toda clase de fechorías. La gente vibra con sus discursos mientras con la otra mano les están tapando la boca.

La gente la menciona por las calles y la usa como paraguas para esconder su egoísmo y materialismo. “Todos somos multirraciales”, por poner un ejemplo; y con los más allegados critico el problema de la inmigración. ¿Libertad? No, falsedad. Hemos llegado, dejando a mucha gente en el camino, a la herencia constitucional que tenemos ahora y, acomodados a nuestros días usamos conceptos, palabras y valores con la vanidad propia de un mercader que solo busca su interés y todos tan tranquilos, que pasa ¿aquí se acaba todo?, no lo que pasa es que esa palabra ha perdido totalmente su valor.

“La libertad acaba donde empieza la del otro” cierto, lo que pasa es que la mayoría de la gente, y por supuesto los poderosos tienen en su mano un juguete que bien manejado les permite hacer y deshacer a voluntad. Ahora se alegan los más altos valores de la misma pero sin tener en cuenta la de los demás. Libertad como elemento de acción no como arma para desactivar al individuo. El problema es que si utilizamos correctamente el término para seguir mejorando, como en su momento hicieron nuestros antecesores, pondríamos en peligro el sistema institucional que unos cuantos han creado en su beneficio y esto ya es peligroso. Movimientos como el 15M o Bicicrítica, Ongs, propuestas populares, por poner algunos ejemplos, van ganando influencias; van activando al individuo y buscan romper con lo “oficial” lo “institucional” apoyándose en un principio, el de Libertad pero reforzado con otros principios como el de Solidaridad, Respeto, Pluralidad…..Los políticos ven amenazado el orden establecido, sus privilegios, sus prebendas, en fin el sistema; y tienen miedo a las alternativas que se proponen y buscan esconderlas, disimularlas o ningunearlas, todo por guardar un orden en el que nadan cómodamente.

Es por eso que Libertad para mi es romper con lo que nos ata, intentar ser menos materialistas, menos egoístas, controlar el poder de los políticos, luchar por potenciar los beneficios de este sistema en el que nos difuminados pero, beneficio para todos no para unos pocos, proponer alternativas a lo que tenemos, que por supuesto existen y seguir caminando para mejorar y mucho lo que hemos conseguido desde atrás.

 Ya no vale estancarse en donde estamos cuando estamos viendo que el sistema que lo sostiene está quebrándose y acabará estallando.

domingo, 12 de agosto de 2012

PENSAMIENTOS



El viento azotaba tus cabellos. La noche despliega sus alas sobre la negrura del mar ya se retira. Despierto y los reflejos violáceos de la luna, reflejaban un mar de plata. Pequeños reflejos claros bailan al son del viento y de las mareas. ¿Como he llegado aquí? ¿Será un sueño? Me siento tan bien pero es todo tan ténue.... No recuerdo. A mi lado alguien mira la pleamar y luego se vuelve y me sonríe para sumirse de nuevo en sus pensamientos, un juego de cabellos oscuros que bailan al son del viento. Una vez que su mirada me llena, recuerdo y me levanto de mi cama de arenas que se doran al amanecer.

Volvía a recordar, y llegaban de nuevo hasta mí los murmullos de la noche, la vida en las calles de cualquier ciudad de costa en un verano. Las luces fosforescentes del Pub vuelven a hipnotizarme. Me dolía la cabeza, murmullos y gritos llegaban de la pista de baile. Al ritmo de la música bailabas, y girabas mientras tu falda de vuelo dejaba ver tus piernas. Te dejas llevar por la música entre alientos y gritos de los concurrentes. Eras libre y podías hacer lo que quisieras con quien fuera pero miradas furtivas me decían que ya habías elegido. Yo estaba absorto perdiéndome entre tus curvas, espirales de fuego y luz que jugaban con los focos del local y tú me mirabas, pero no como todos; tus ojos indescifrables, tus facciones, el pelo suelto enviaban un mensaje inteligible para todos menos para mí. Y te me acercas, sonreí con timidez y bajé la cabeza al cruzarse nuestras miradas y huí a la calle.

Afuera la noche es bochornosa, la música se oye y trastea por mi cabeza, las estrellas brillan lo que las luces de neón les permiten, pero tintinean claras con brillos intermitentes en las alturas. En el paseo marítimo se oyen los gritos y los latidos que colman aquellas noches veraniegas cuando llegan a su fin. Respiro hondo, me siento estúpido, "¿ como no has sido capaz ni siquiera de dirigirle unas palabras ?" Enciendo un cigarrillo. Frente al mar, las olas golpean en el rompiente y se empieza a levantar viento, todo cambia. Se oye de fondo "Father Figure" de George Michael. A mis espaldas escucho una voz suave, "¿Bailas?". Me giré sobresaltado, ahí estabas tú. Tiro el cigarrillo y en un momento pasaron por mi cabeza multitud de fantasías. De tu vestudo prendían trozos de Luna mientras se deslizaba al ritmo del mar. Todo tu cuerpo hasta la altura de los muslos se marcan con toda perfección a través de la tela. Cada curva y cada contorno un mundo. Me acerqué titubeante. Acaricié tu cintura, notaba cada movimiento como si fuera el mío propio. Extendías tu brazo mientras alrrededor de mis hombros, la música se confunde con el arrullo del mar. Me miras, ojos canela que entran en mi y giras la cabeza para apoyarla en mi hombro. Cada paso una historia. Cada vez más cerca. Sentía tu figura a través del vestido como si te abrazase desnuda. Desprendías un calor que me rodeaba como una segunda piel y pegabas tu cuerpo al mío. Mi mente ahora era un torrente desbocado al que no se le podía poner dique. Mis extremidades se contraían y me llenaba de deseo; un momento, fuera ya toda indecisión aferré con más fuerza tu cintura atrayendote hacia mi, mi mar azotando tu costa.... Deslicé mi mano por tu espalda y las bajé despacio, rozándote los muslos. El ritmo de las pulsaciones subían y me golpeaba la sien. Luego el movimiento se hacía más violento. Vi tu cara tensa, tus ojos hablaban de deseo y de tu boca, un beso húmedo y duro como el acero, el fuego arde y la locura apresa a los cuerpos y las almas, no tenía manos suficiente para recorrerte y las tuyas no daban tregua. Los cuerpos se convertían en uno.......

Me desperté, el viento azotaba tus cabellos. La noche despliega sus alas sobre la negrura del mar ya se retira. Los reflejos violáceos de la luna, reflejaban un mar de plata. A mi lado alguien mira la pleamar y luego se vuelve y me sonríe.

EL HOMBRE GRIS



El hombre gris cabila mientras, a lo lejos, un murmullo casi imperceptible, escupe miles de excusas por las que no acepta la oferta que se ha presentado. Ruidos de fondo en un Viernes cualquiera, la misma canción de siempre que si la crisis, el miedo, ahora no viene bien. Más de lo mismo.

" ¿Tan atada está la gente el dinero? El mismo me ha llamado porque quería ver lo que le ofrecía, incluso mandamos claves para que las usara ¡y no les hecho ni caso! ¿Por qué me hace perder el tiempo?". Al hombre gris le abordan las dudas y piensa "más de 10 años trabajando en esto ¿y realmente valgo?" "Esa fingida amabilidad me asquea, si quieres que me vaya me voy y esta pero no me regales falsa simpatía ya estoy cansado". El hombre gris dibuja su fría sonrisa. Pero esta sonrisa metálica cuela; el cliente pide disculpas y le ofrece la mano. Le comenta que si le surge algo le llamaría. En el umbral de la puerta el hombre gris piensa "mañana o ha tirado mi tarjeta o la ha perdido".

 Mira la hora, cambio de escenario. Ya está bien por esta semana. En la calle empieza oírse el bullicio de los Viernes poco antes de comer. El aire no es tan artificial y perfumado como en el local; se respira un aire de ciudad con sus infinitos matices. Se cuelga la bolsa y se mete las manos en los bolsillos mientras desciende el Paseo de Extremadura. El sol está alto, es una gran esfera amarilla que acaricia con el calor tibio del otoño. Ruido de gente, gritos de niños mitigados por los coches. El rictus del hombre gris está más relajado incluso se permite el lujo de sonreír; parece que el hombre gris está haciéndose más claro. "Aun tengo tiempo de tomarme algo antes de irme". Mira un antiguo bar con su letrero amarillo, su mobiliario antiguo y entra.

Con una cerveza en la mano el mundo es diferente. Preside la barra un hombre adusto, mayor pero duro como un roble; con sus manos callosas pero con su dignidad limpia como el primer día. Son de esas personas admiradas por el hombre ahora claro, duros como el tiempo y recios como raíces de un árbol centenario. Sin quererlo ya están hablando y sabe que se jubila y lleva allí trabajando 40 años. Su pequeño mundo. En cierto modo el hombre claro se identifica con él; en otra generación, en otra vida distinta, pero también con ese orgullo de luchar día por día para progresar. Ahora el tiempo vuela,  mira su reloj y se despide ya tiene que irse de Madrid.

Como si la película se tratara hay un cambio de fotograma ahora está viendo el Parque Regional del Guadarrama pasa todo como una sucesión de imágenes continuas con hondonadas, pinares, llanos, pequeños cañones horadados por el río. En el campo la cebada reverbera con su verdor. Desde allí parece que el sol está en su punto más alto; la luz se extiende por todo el paisaje a borbotones hasta las faldas de la Sierra y el aire que entra en el habitáculo del coche limpia las preocupaciones.

El hombre claro ahora es más blanco, con más fuerza. En en el fondo del valle se ven las primeras casas blancas, más a fondo la parte moderna del pueblo. Llevado por la rutina se mete en un espiral de coches que va en la misma dirección y siente un cosquilleo de placer, como si fuese la primera vez que acude a una cita pero que desde hace ya más de un año es habitual. Esta dentro del edificio y se mueve entre una marea de personas, hombres, mujeres, niños... Va buscando lo que es suyo o sino suyo, si parte de él. Al verlos la multitud y los gritos se difuminan tiene sus cinco sentidos concentrados en las dos criaturas que le llaman y le gritan " papa".

Corren y le dan un abrazo y ahora el hombre blanco es una nube ligera y transparente y la vida con sus pérdidas no es tan mala.

PEQUEÑA CANCION



FRIO:
Érase que se era un cuarto como cualquier otro solo que estaba
oscuro, vacío, silencioso. Donde las noches se pasan lentas.
Érase que se era alguien, que podemos ser tu o yo, que
Dormía arropado por el frío; en una cama que se hacía
Grande mientras se pasaban las largas y frías noches,
Tanto en invierno como en verano. Y ese alguien
En su espera, se decía a sí mismo: “¿ Cuándo
Llegará el calor ?”

CALOR:
Érase que se era una luminosa noche.
La luna era el sol, el sol era lo que
Era. El cuarto rebosaba luz y no
Hacía frío, ni siquiera en
Invierno; se respiraba
Una brisa dulce. Las
Noches eran muy
Cortas, y los días igual
salvo en las ausencias; y
alguien que podemos ser tú o
yo, se colgaban del cielo todos
llenos de azul, y Mientras dormían, todo
era real: la presencia, el calor del pecho, las
largas sonrisas, y apoyados el uno en el otro como
una sola persona pensaban. “¡Déjame reposar aquí, en
tu cuerpo, en tu cabeza, en tu ser, en ti!”,
¡Todas las largas noches! ¡Hasta el fin de los tiempos!”

UNA REFLEXION



Solo. Nada mas que unas palabras para intentar expresar el porqué de esto. Necesito sacar de mi todo lo que me oprime, las palabras muchas veces son vanas o simplemente se pierden mientras se desplazan hacia la persona con el que las intercambias. Las letras son distintas, perviven inmutables, sea en una nube o en una libreta y, cuando las vuelves a reeleer te sirven como la eterna leción que nunca se aprende y debes de segur repasándola. Estoy asentando  retales de mi vida para quien lo quiera escuchar, aunque sea yo solo.

Hablare con todo el que quiera escucharme a través de esta nube, con reflexiones, historias, anecdotas e incluso relatos. Porque ¿que hay más bonito que las palabras ?



A 12 de Agosto del 2012