miércoles, 10 de septiembre de 2014

COMO UN ICEBERG



"Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos".
Jorge Luis Borges.


Creo que ya ha pasado tiempo suficiente para mirar atrás, rememorar pasajes de mi vida y hacer memoria de alegrías y duelos...Ahí voy!
...Y es que la vida hay que vivirla, eso lo tengo claro ahora, pero he tardado en entender el porqué  cerca de 15 años....
Aquí empieza la historia de un chico ingenuo y con ilusiones, confiado de que todo va a salir bien y que la vida va a ser cómoda para él, esta última creencia es el error de buena voluntad que nuestros padres nos inculcaron en nuestra educación. En la otra escena aparece una chica, con muchos problemas y una falta de autoestima y cariño ya graves, pero bonita, lista (al menos así lo creía en su momento ), amante de el arte y el dibujo; pues eso, como un iceberg que puede ser hermoso por fuera e incluso deslumbra con el sol pero no sabes lo que se oculta en el fondo.
La vida es fácil si la economía te es propicia y prosperas, ese chico, doy fe, prosperó con mucho sacrificio y por sus ganas de dar cariño y protección a esa chica que también era frágil, como la nieve en cuanto se acerca al calor. Espoleados por esa mentalidad de vida cómoda en la que al principio creía, le impulsan a planificar un futuro con ese "Iceberg".
Las dudas de si es lo bueno para ti o no por supuesto que existen pero, si ese chico, no ha disfrutado de la vida y con su otra parte descubren hermosos y voluptuosos placeres, acaban disipándose o anestesiándose, sustituyéndolo por alternativas mas sensuales. Por eso los primeros problemas se ven como algo secundario, fácil de superarlo juntos, no se llegó a la raíz, y ciego de mi, esas señales, vistas ahora en la distancia eran un principio del fin.
La vida te da y tu tomas, la creación de la sociedad del consumo te vende, te vende y te vende. Una educación de caprichos, no de amor, convierte al "Iceberg" en una máquina de consumo, todo a manos llenas sin planificación, crece la familia y crecen las necesidades de crecer mas, necesidades, al fin y al cabo, prescindibles pero, con señores de corbata y maletines que moviéndose en el fango de un negocio decente ( Cajas de Ahorros?? ) te dan más de lo que pides para comprar más de lo que necesitas es difícil decir no. Todo a precio de saldo para los españolitos de a pie; de repente todos somos ricos, y también todos aprovechamos, yo me incluyo, la cultura del pelotazo.
La familia del chico, calla y se muerde las uñas porque no ven claro el matrimonio, el chico toma la posición cómoda del famoso dicho del "Que calla otorga", no quiere ver la realidad desde fuera encerrado como está en su mundo de ciencia ficción. La del "Iceberg" dora la píldora porque esa familia es en sí misma el reflejo del materialismo de nuestro mundo: "Buena familia","Buena carrera", "Buena posición ( momentánea )". Mientras se puedan llenar la boca haciendo loa de todo, para que decir nada! Luego, tras la ruptura, la culpa de la chica, no son capaces de repartir entre los tres la cuota de culpa que le corresponde a cada uno y, en mayor medida a los padres que educaron.
Y que me dicen de la rutina? Si esa que se abona a los matrimonios, que los hace ociosos y conformistas, tan ociosos que se olvidan de lo que es alimentar un amor que,en el que al menos el chico creía. El mismo corsé que esa pareja se aprieta, acentuada por ese afán de manejar que toda familia sabe utilizar, acaba ahogando toda ilusión por continuar; y el amor? Y la confianza? Dos almas, que además por su forma de ser tienden a ensoñar...Mi castillo en el aire, la introspección, la música ( vicio inconfesable del que no puedo salir ), lectura, estudio. Propuse planes, planes infinitos sí, pero al final, la rutina me quemó, me cansé....Desilusiones llegan de golpe!. Su castillo en el aire: Nuevas y solteras amigas, búsqueda de los momentos de juventud que alguna vez la llenaron de ilusión; en fin ansias de volver a soñar.
Por desgracia, el trabajo manda, y si ya no lo hay no puedes ofrecer nada mas a la otra persona, sobre todo si hablamos de una relación agotada, en estos casos el despido es el tiro de gracia. Porque el trabajo sostiene y seguro que hay muchos matrimonios sostenidos por el trabajo no por otros pilares que deben de ser mas importantes. Pero la burbuja estalló y volvimos a ser lo que eramos, ciudadanos de a pie ya no ricos, que nunca lo fuimos, solo nos lo hicieron creer unos pocos, ciudadanos vapuleados por el sistema depredador que nosotros mismos alimentamos.
.....Y todo se hunde, así sin más,un día cualquiera. "Mejor que durmamos en habitaciones separadas". No lo dije yo, si bien la comunicación se había cortado hacía tiempo.....
Me zambullí tarde para ver el fondo, posiblemente no lo había desentrañado pero los intentos de buscar solucionar la ruptura fueron desechados por ella, borracha de sus nuevas sensaciones, amistades... Vida??? Estábamos muertos como pareja??? Creo que sí. Luego, en ese mundo de luces de neón y noche, ella erró el tiro, las personas que han vivido juntos, quieren seguir acompañados, la soledad es la peor muerte que existe pero tienes que sentirla y tiene que doler, solo así valoras más lo que tienes. El "Iceberg" fiel a su sinuosidad lo primero que hizo es huir de esa soledad y llenar un vacío con algo que, no es amor pero ella debió creerlo así; perdiéndose en sus propias curvas se acercó al menos bueno y fue a más, otra criatura al mundo. Viendo de fuera esa relación, creo que en una familia desarraigada, sin amor y violenta, como era la suya,de mayor buscas eso que te enseñan de pequeño, al amor amor, a los palos palos.
El chico no, decidió saborear el quemazón de la soledad, y volvió a construir una nueva vida partiendo de cero, llevándose en ese nuevo viaje lo mejor de su relación, sus hijos. Nueva etapa de sufrimiento y de luchas, como cuando tenías 20 años pero con 40 y con dos niños. Aún se pregunta si está loco, o si lo que ha hecho es complicarse la vida o vivirla definitivamente, con sus sinsabores y alegrías, fiel a sus creencias y dando su amor pero de otro modo, hacia sus hijos y sus seres queridos. Dejó al fin de estar alienado.
Y ahora, a cinco años vista y, con una mochila de experiencias de lo más variopintas, este chico sigue buscando su lugar en el mundo y, su estabilidad definitiva pero mira con perspectiva, piensa que ese momento de ruptura y ese duelo, que lo fue y mucho, era un paso necesario y que él aún pensándolo, no lo iba a dar. Por eso sonríe delante de estas letras y piensa "No si al final le tendré que agradecer lo que hizo ya que yo no fui capaz".

Como un sentimiento plasmado en papel lo mando a esta nube por si a alguien le sirve de algo. A mi me sirvió para ser más yo.